La serie de Netflix, «Adolescencia«, ha puesto sobre la mesa el preocupante fenómeno de los incels y su relación con la violencia. Este término, que se refiere a hombres que se consideran a sí mismos «célibes involuntarios», ha sido vinculado a actos de misoginia y violencia, avivados por foros en internet como Reddit y 4chan.
Incels violencia: una mirada necesaria
«Adolescencia» aborda temáticas actuales como la masculinidad tóxica y la ciberviolencia, expandiendo la discusión sobre cómo estos factores crean un caldo de cultivo para los movimientos incels. La serie ha sido aplaudida por su guion y actuaciones, al basarse en casos reales de violencia juvenil, como los de Jake Davison en Inglaterra y Elliot Rodger en California.
El término incel apareció originalmente en la década de los 90s, pero cobró fuerza en la última década, especialmente en espacios digitales donde se fomenta la glorificación de la violencia hacia las mujeres. Estos discursos han llegado a ser considerados por algunos gobiernos como una potencial amenaza terrorista.
El enfoque en la salud mental como solución
Florence Keen del Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización señala que la violencia dentro de la subcultura incel no siempre es homogénea. Del mismo modo, el psiquiatra Andrew Thomas sugiere que la solución pasa por tratar este fenómeno como un problema de salud mental, proporcionando apoyo psicológico y social adecuado.
Además, estudios revelan que los foros incel atraen a aquellos que priorizan aspectos superficiales como el atractivo físico, subestimando valores fundamentales como la amabilidad y el buen humor. Dentro de estos círculos, términos como «Chad» y «Stacey» se utilizan para describir a personas atractivas, y la «píldora negra» simboliza un supuesto despertar a una verdad opresiva.
Cambio de actitud: romper el ciclo incel
Stephen Graham, el creador de la serie, espera que «Adolescencia» contribuya a exponer estos dilemas sociales y a propiciar un cambio de actitud clave para salir del ciclo negativo que atrapa a muchos incels. La serie no solo busca entretenimiento, sino también generar conciencia sobre las implicaciones de esta subcultura.
Mientras tanto, el debate continúa sobre la mejor manera de abordar este fenómeno, equilibrando enfoques que van desde la posible clasificación como terrorismo hasta el tratamiento como un problema de salud mental. Sin duda, uno de los mayores retos que presenta es el de promover diálogos abiertos y comprensivos, que puedan conducir a soluciones efectivas.