El reciente error en una aplicación de mensajería ha provocado una controversia de gran magnitud en la administración Trump. Durante un evento inesperado, Jeffrey Goldberg, editor de The Atlantic, fue agregado por error a un chat grupal de Signal que incluía a funcionarios del alto gobierno de Estados Unidos, donde se discutieron detalles confidenciales de una operación militar en Yemen. Este fallo ha generado múltiples reacciones y cuestionamientos sobre la seguridad de las comunicaciones gubernamentales.
Chat de Signal revela datos confidenciales
La información filtrada provino nada menos que del asesor de Seguridad Nacional, Michael Waltz, el secretario de Estado Marco Rubio, el secretario de Defensa Pete Hegseth, el director de la CIA John Ratcliffe y la directora de Inteligencia Nacional Tulsi Gabbard. Goldberg aprovechó la situación para publicar un artículo el 14 de marzo revelando detalles de dicha operación, desencadenando una oleada de críticas y defensas por parte de la administración Trump.
Reacciones inmediatas del gobierno
Donald Trump, sin rodeos, calificó a Goldberg como un «perdedor» y «sinvergüenza», mientras que otros funcionarios tacharon el artículo de falaz y minimizaron su impacto al afirmar que no se comprometieron datos clasificados. Sin embargo, la admisión de error por parte de Michael Waltz ha empujado a algunos miembros del Congreso a exigir una investigación exhaustiva del asunto.
Impacto en la imagen del gobierno de EE.UU.
La situación ha abierto un fuerte debate sobre la conveniencia de usar aplicaciones de mensajería como Signal para compartir información delicada entre oficiales de seguridad. Jeffrey Goldberg, recordando su experiencia, cuestionó la poca responsabilidad con que se manejó esta información: «Si eres un capitán de la Fuerza Aérea… te despedirían y te procesarían». Estas declaraciones no solo exponen el error reciente, sino que también reviven viejas tensiones entre Goldberg y Trump, especialmente tras un artículo polémico en 2020.
Conclusiones y preguntas cruciales
Este incidente destaca la preocupación sobre cómo los altos mandos gestionan información crítica y el uso de plataformas de mensajería para debates de alta seguridad. ¿Son estas herramientas adecuadas para estos propósitos? La respuesta a esta pregunta determinará el futuro de la comunicación en las altas esferas del poder estadounidense.